Historia de la ciudad

En el siglo XIII, Aveiro fue elevada a la categoría de pueblo, se desarrollando la población alrededor de la iglesia principal, consagrada a S. Miguel y se sitúa donde es, hoy, la Plaza de la Republica.
Mas tarde, D. João I, a consejo de su hijo, Infante D. Pedro, que era donatario de Aveiro, ordenó que se rodease Aveiro con murallas que cuando fueron demolidas, sus piedras fueron utilizadas en la construcción de los molhos da barra nova.
En 1434, D. Duarte a concedido al pueblo el privilegio de realizar una Feira Franca (un mercadillo), que actualmente es conocido por mercadillo de Marzo.
En 1472, la hija de D. Afonso V, Infanta D. Joana, ha entrado en el Convento de Jesus, donde viria a morir, en 12 de mayo de 1490, siendo ahora recordado este momento con un feriado municipal.
La magnifica situación geográfica porpociono, desde mucho cedo, la fixación de la populación, siendo la salinagem, las pescas y lo comercio marítimo factores determinantes de su desarrollo.
Con los finales de lo siglo XVI, principios del siglo XVII, la instabilidad da la comunicación entre la ria y el mar llevo a lo cerramiento del canal, impedido la utilización del puerto, provocando así una estagnación de las aguas de la laguna, causas estas que llevaran a una gran crise económica y social.
Fue también en esta fase de recesión que se ha construido un de los más notabais templos aveirenses: la Iglesia de la Mesiricordia.
En 1759, D. José I elevó Aveiro a ciudad, pocos meses después de tener condenado a la muerto su ultimo duque. Por izo, a la ciudad fue dado el nombre de Nova Bragança. Más tarde, la ciudad vuelve al nombre anterior.
En lo siglo XIX, destacase la participación de los aveirenses en las Luchas Liberáis y la personalidad de José Estevão Coelho de Magalhães, un parlamentar que desempeñou un papel mucho importan en el desarrollo de la ciudad.